Noticias
Noticias sobre el trastorno límite de la personalidad.
- Detalles
- Categoría: Noticias
Patricia Steisy es uno de esos personajes televisivos entorno a los que siempre hay algún tipo de polémica. La vimos como tronista en Mujeres y Hombres y Viceversa y desde entonces ha ido colaborando en diferentes programas de Mediaset. Fue una de las colaboradoras más vehementes de la primera edición de Secret Story.
Como muchas otras comentaristas de este universo, tiene su propio canal en mtmad. En su última publicación ha decidido tratar un tema que le toca personalmente. No estaba muy convencida de hacerlo, pero se ha decidido por si su testimonio puede ayudar a alguien.
“Tengo una enfermedad mental, empecemos por ahí”. Así ha roto el hielo. Una confesión que hace unos años hubiese sido casi impensable y que, en estos tiempos, se ha normalizado y visibilizado como hacía falta.
Un trastorno diagnosticado
“Estoy aprendiendo a bailar con ella y que no me pise porque es una enfermedad que me va a acompañar toda la vida”, compartía. Se trata de una enfermedad diagnosticado desde que tenía 16 años, aunque cree que la padecía de antes.
“Tengo trastorno límite de la personalidad (TLP) en un nivel bastante fuerte”, admitía. Trataba de explicar en qué consiste esta enfermedad que, en realidad, es un cúmulo de muchas cosas y no todos los enfermos tienen la enfermedad de igual manera.
“Se produce porque naces con él o porque tienes una vida desestructurada donde te han dado una educación complicada y has tenido rotos los esquemas, y eso se refiere a que has pasado algún abandono, violación, traumas, insultos, no te sientes protegido, no te sientes querido, pasas mucho miedo, no te sientes estable, te insultan, te subestiman... normalmente viene por una infancia en la que ese niño no se siente seguro, cómodo ni bien tratado. Yo viene de eso”, intentaba explicar.
Ha confesado que los abusos que sufrió de pequeña le han provocado la enfermedad de la que en un principio renegó. “Esta enfermedad significa que tienes el termostato de las emociones reventado. Si estás feliz, estás muy feliz. Si estás triste, estás muy triste. Si estás cabreado, estás muy cabreado. Llevas tus emociones al límite”, continuaba.
Seguía explicando que esta enfermedad tiene un alto índice de suicidio. Ella ha reconocido que sí ha tenido algún pensamiento en ese sentido. “No me veo capaz, no lo haría, pero alguna vez la mente me ha jugado alguna mala pasada”, confesaba.
“Tengo TLP y soy ansiosa depresiva y soy evasiva. Eso significa que soy todo lo contrario a narcisista, quiero contentar a la gente, me cuesta trabajo decir no, quiero que todos a mi alrededor quiero que estén felices. Necesito que las personas estén bien porque no soporto la idea de que sufran o pasen un mal rato como en algún momento lo he pasado yo”, expresaba.
También ha reconocido que cuando ella engordó por la medicación para la depresión, se equivocaron, ella tenía TLP, “no necesitaba una medicación para la alegría”. Llegar al diagnóstico es importante porque, como ella ha explicado, del TLP a la esquizofrenia solo hay un paso y ella estuvo en el límite.
Reivindicando ayudas
Reconoce que es muy complicado para los amigos lidiar con esta enfermedad. Decidió irse al retiro que organizó Nagore Robles y “fui muy feliz y me empecé a sentir mal por ser feliz y me di cuenta de que en mi cabeza había algo que no funcionaba”. Se dio cuenta de que necesitaba ayuda, y no la que aporta la Seguridad Social que es insuficiente.
“Es una puta mierda lo que nos ofrecéis, al Estado se lo digo, es una puta mierda. No me podéis dar una puta psicóloga una vez al mes y que luego, se vaya de vacaciones, te pongan una nueva psicóloga y tengas que contarle lo mismo otra vez, no”, reivindicaba criticando la poca ayuda que se ofrece para los problemas mentales.
Sin duda, una cuestión que hay que seguir debatiendo.
- Detalles
- Categoría: Noticias
A María (nombre ficticio de la entrevistada, a petición suya) le costó mucho decidirse a hacer esta entrevista. Padece trastorno límite de la personalidad (TLP) y es tratada en una unidad específica para esta patología en la Fundación Acorde, financiada por la Fundación 'la Caixa', que también atiende a personas con otras enfermedades mentales y adicciones (Patología Dual). Sin embargo, María es valiente, a pesar de su continuo sufrimiento, y ha dado un paso adelante: «Me he esforzado por hacer esta entrevista por mis compañeros y mis terapeutas que, al margen de ayudarme con su trabajo, también son personas con emociones y sentimientos, a los que respeto». Una frase suya que, asegura, recuerda a menudo y le sirve de mucha ayuda es «no te vamos a dejar».
-¿Qué supone tener un Trastorno Límite de la Personalidad?
-En mi se traduce en ser una persona inestable emocionalmente, con cambios de humor extremos, manías compulsivas, autolesiones, tristeza permanente y un gran vacío interior. Lo que para una persona es normal, para mí es una dificultad, como, por ejemplo, simplemente enfrentarme al día a día. Además de sufrir una gran cantidad de dificultades médicas asociadas, que lo hacen todo más difícil.
-¿Cuándo y dónde se lo diagnosticaron?
-Cuando toqué fondo y la única salida que sentía era el suicidio. Mucha gente se pregunta qué se me pasa por la cabeza para llegar a ello. Pues simplemente necesidad de descansar. Sientes que ya no puedes más. Esto sólo lo sabe quién lo pasa y lo vive. Es una patología muy dura. No es una enfermedad, pero te sientes enfermo.
-¿Cómo le afecta en su día a día? ¿La gente es comprensiva?
-Ya simplemente levantarme es un sacrificio. Gestos como sacar a tu perra y tener que acudir a tratamiento, en la Fundación Acorde, me ayudan. De esta forma, me obligo a mí misma a salir de mi zona de confort, en mi casa, en la cama. La gente lo vive desde el desconocimiento, Hay muy poca información veraz sobre este tema y, como tampoco es fácil hablarlo, vas aprendiendo poco a poco a comunicarlo, sin exponerte emocionalmente.
-¿Qué atención reciben en Fundación Acorde?
-Al llegar, te evalúan y entrevistan y después, adaptan un programa personalizado a las necesidades del usuario, con objetivos a conseguir. En mi caso, el plan de crisis para autolesiones, expresión emocional, reducir la impulsividad, asimilación y convivencia con el trastorno, prevención de recaídas, etc. La finalidad y propósito es vivir con el TLP, pero estar más adaptado a la sociedad y más feliz.
-¿Cómo era su vida antes de llegar a Fundación Acorde?
-Buena pregunta. Mi vida era horrible. Mis emociones eran un caos y un tormento. Esto no quiere decir que se haya acabado, pero sí ha cambiado, también mi estado emocional. Siento que he aprendido a caminar de nuevo, pero con otra perspectiva más positiva, quizás. Si algo he aprendido en la Fundación Acorde es a ser consciente, a estructurar y gestionar mis experiencias de vida. Desde que tengo uso de razón, siento mi vida como un sufrimiento, tanto por motivos familiares como por experiencias traumáticas, y esto dificulta la vida, al considerar que nací para sufrir y tener TLP. Pero ahora siento que tengo suerte al poder recibir este tratamiento específico y aprendo a convivir con mi pasado y mi diagnóstico.
-¿Cómo lo vive su familia?
-La familia, en concreto mi madre, no se implica en el tratamiento, lo que le ayudaría a entender y comprender lo que supone el TLP. No quiero decir que no se haya preocupado de mí. Ella tiene su propia mochila, aunque a veces siento que son muy crueles cuando vuelven a repetir la palabra «loca», para referirse a mi. No entiende lo que hay detrás, porque los TLP somos muy versátiles en ponernos máscaras y escudos, para protegernos del dolor. Yo me defino a mí misma como ininteligible y versátil como un pulpo, para que no me hagan daño. Ese es mi mayor miedo, algo inevitable. A veces no me siento entendida ni comprendida, ni por mis terapeutas, pero sé que es otra dificultad que tengo que trabajar yo. Es parte de mi patología.
-¿Cómo ve su futuro?
-Primero, vivo mi presente, porque para tener un futuro tengo que superar el pasado. En mi futuro inmediato, y a largo plazo, me sigo viendo en la Fundación Acorde, recibiendo tratamiento. Recientemente he tenido lo que yo llamo una recaída, como tantas, y he vuelto a hacerme daño a mí misma. Me arrancó el pelo y me hago heridas. Me queda mucho camino por recorrer, por andar.
-¿Qué mensaje enviaría a la sociedad?
-Que no se nos juzgue y den por cierto comportamientos que aparecen en los medios de comunicación. Que piensen que cada uno de nosotros es individual y complejo, con distintas formas de expresar nuestras dificultades o dolor. Este tipo de trastornos tiene mucho que ver con la dificultad para adaptarse a los cambios, y en estos días las cosas cambian cada vez más rápido y nadie está a salvo de que un hijo, primo, hermano o cualquier familiar, en un momento dado, lo puedan desarrollar. O que aún no se lo hayan diagnosticado. Hace falta más medios y trabajadores especializados para que este trastorno tenga más tratamientos específicos y el reconocimiento adecuado, en Cantabria, el único lugar que hay es la Fundación Acorde.
Fuente: Mariana Cores, El Diario Montañés.