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Noticias sobre el trastorno límite de la personalidad.
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En torno a un 3 por ciento de la población española sufre TLP pero sólo el 20% está diagnosticada
Entre un 10 y un 15 por ciento de los pacientes que acuden a la consulta de Atención Primaria porque se sienten "mal", tienen insomnio o dolores crónicos sufren en realidad un trastorno límite de personalidad (TLP), según afirma el jefe de la Unidad de Trastornos de Personalidad del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, doctor José Luis Carrasco.
En declaraciones a Europa Press, este experto explica que la persona con TLP "presenta más enfermedades comunes asociadas a una sensación de falta de identidad y un sentimiento íntimo y profundo de vacío", sensaciones que provocan "un mayor sufrimiento en la persona que, además, no tienen una vía clara para expresar sus problemas".
En torno a un 3 por ciento de la población española sufre TLP, un trastorno con mayor prevalencia que la esquizofrenia (1%) y con una incidencia similar a la del trastorno bipolar (3%). Sin embargo, tan sólo el 20 por ciento de los afectados por TLP está diagnosticado.
Para el doctor Carrasco, este infradiagnóstico está motivado por un cuadro de síntomas "atípico" que, al no implicar delirios ni pérdida de la razón, "pasa desapercibido en muchas consultas".
"No hay un síntoma claro --apunta-- y en la mayoría de los casos no se clasifica como una enfermedad porque se piensa que es un simple caso de personalidad caprichosa, egoísta, intolerante o viciosa".
Pero la realidad es que se trata de "un cuadro de alteraciones graves de conducta, generalmente caracterizada por la agresividad, una inestabilidad vital y una falta de funcionalidad muy importantes", señala el doctor Carrasco.
Posible origen genético
En este sentido, no se conoce en profundidad el mecanismo de acción de esta enfermedad, aunque los últimos estudios apuntan a una hipersensibilidad, de origen genético o a raíz de algún trauma, respecto a ciertos estímulos que impide el correcto procesamiento de las emociones y la generación de conductas normales.
"Pequeños estímulos hacen que las emociones surjan a raudales y la conducta se vuelva impulsiva, esto provoca que el TLP sea un poco más grave que la neurosis pero sin llegar a los problemas de la psicosis, por eso se denomina trastorno límite, porque está en la frontera entre estas dos enfermedades", argumenta este doctor.
Por lo general, este trastorno aparece después de la adolescencia, cuando los desajustes "típicos" de esta edad "clave" para el desarrollo de la personalidad no se "reajustan" al llegar a la edad adulta.
A este respecto, el TLP se manifiesta como más peligroso en los hombres, ya que suele manifestar conductas más agresivas que le pueden llevar al consumo de drogas, la delincuencia o el suicidio.
TLP en las cárceles españolas
Según el doctor Carrasco, hasta un 20 por ciento de la presos en las cárceles españolas sufre un trastorno límite de personalidad, y se calcula que en torno al 90 por ciento de los intentos de suicidio en personas mayores de 18 años tiene de trasfondo un TLP.
De hecho, las estadísticas indican que hasta un 20 por ciento de las personas con este trastorno acaba con su vida por una sobredosis, un accidente o cualquier otra acción impulsiva derivada de su enfermedad.
Los tratamientos para los afectados por TLP se basan en la regulación de la respuesta emocional mediante fármacos, la terapia conductual para controlar las reacciones impulsivas y otras técnicas más novedosas como la rehabilitación neurocognitiva.
En esta línea, el jefe de la Unidad de Trastornos de Personalidad del Clínico San Carlos, ha explicado que su equipo ha puesto en marcha un ensayo clínico para comprobar la eficacia de esta nueva terapia, basada en la realización de ejercicios para mejorar el procesamiento mental que ayuden al paciente a "poner en orden" situaciones complejas.
Falta de apoyo de las administraciones
"La situación hoy en día es que estas personas no tienen recursos en el sistema sanitario español. Les echan de todas partes. No consiguen plazas en residencias especializadas ni en pisos protegidos, principalmente porque todos los recursos están orientados a la atención de trastornos mentales como la esquizofrenia o los bipolares", asevera el doctor Carrasco.
A este respecto, la esperanza de los afectados y los familiares radica la progresiva consideración de este trastorno como una enfermedad incapacitante, "que se reconozca que estas personas tienen un problema, que necesitan un apoyo y un seguimiento mayores y más recursos de las administraciones", concluye.
MADRID, 10 May. (EUROPA PRESS)
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La incidencia del Trastorno Límite de Personalidad (TLP) en 1995 se encontraba en el dos por ciento y, en la actualidad, se habla del 3,5 por ciento, lo que representa un aumento "considerable", según informó a Europa Press la vicepresidenta y psicóloga directora de la Fundación Regional Murciana de Ayuda e Investigación del Trastorno Límite de Personalidad (ARMAI-TP), Iluminada Ramos.
Desde la puesta en marcha de esta asociación, la única de todo el levante español, en octubre de 2006, ha registrado 114 pacientes en 2007, que pasaron a ser 138 en 2008, para volver a 118 casos en 2009, entre pacientes y personas que acuden para recibir información o empezar a trabajar a nivel familiar. En la actualidad, la Fundación atiende a 70 pacientes, entre los casos de los menores y adultos.
Quien padece este tipo de trastorno presenta "una elevada sensibilidad ante estímulos emocionales, que experimentan de manera muy intensa, hasta el punto que, para huir del malestar que producen, se refugian en conductas que le alivian momentáneamente ese malestar, como la promiscuidad, el juego, las compras inútiles, el alcohol, las drogas e, incluso, autolesiones".
Según explica Ramos, especialista en TLP, pese a que los pacientes que padecen este tipo de trastornos experimentan emociones muy intensas, suelen tener muchas dificultades en identificarlas y expresarlas, lo que en muchos casos genera un efecto "olla a presión" y desencadena reacciones intensas de ira ante estímulos aparentemente insignificantes.
En este sentido, Ramos manifestó que la enfermedad aparece en el inicio de la edad adulta, en torno a 18 y 20 años, con la irrupción de las autolesiones, las conductas parasuicidas, crisis emocionales más intensas, consumo de tóxicos, y el primer contacto con los profesionales de salud mental, y los pacientes suelen experimentar temores a ser abandonados, relaciones interpersonales inestables, problemas de identidad e impulsividad.
De la misma forma, quienes padecen el trastorno suelen presentar comportamientos, intentos o amenazas suicidas recurrentes o comportamientos autolesivos, inestabilidad afectiva, irritabilidad o ansiedad, ira, angustia, sentimientos crónicos de vacío emocional, ira inapropiada e intensa o dificultades para controlar la ira, así como ideación paranoide transitoria.
En este sentido, Ramos admitió que un TLP aislado o puro "no va sólo, sino que tiene mucha morbilidad asociada a las depresiones, la ansiedad, los intentos de suicido, de trastornos de alimentación o consumo de tóxicos". "Tienen una problemática tan amplia que es muy complicado para los pacientes, y para trabajar con los trastornos a nivel profesional".
Ramos precisó que la enfermedad "puede afectar a cualquier persona, aunque antes la llamaban la enfermedad de los ricos". No obstante, ratificó que su incidencia "va en aumento porque está muy motivada por la reestructuración familiar y el hecho de la falta de límites a los menores, que cada vez más desean tenerlo todo en el momento, sin ningún tipo de restricción".
De todas formas, determinó que la enfermedad "no tiene nada que ver con el estrato social". De hecho, manifestó que no hay una única causa del trastorno, cuyo origen tiene un componente genético e influencia del entorno, y distintos estudios han demostrado que las vivencias que son traumáticas, los maltratos de todo tipo y los estilos educativos están muy relacionados con que aparezca.
FUNDACIÓN ARMAI-TP
ARMAI-TP nació en enero de 2006 como Asociación Regional Murciana de Ayuda e Investigación de Trastornos de la Personalidad motivada por un colectivo de padres cuyos hijos estaban afectados por TLP y no encontraban en la Región medios y estructuras suficientes para que sus hijos fueran atendidos de la forma en que precisaban.
De hecho, en la actualidad, Ramos indicó que la Fundación es la única encargada de este tipo de trastorno en la zona de Levante, puesto que la más cercana se encuentra en Castellón, y a ella acuden pacientes de todas las comunidades autónomas vecinas, como Alicante, Almería, Albacete y Granada.
En enero de 2009, ARMAI-TP se pasó a constituir en Fundación porque la asociación "se quedaba corta por el tipo de problemática y los servicios requeridos", de forma que, con la nueva identidad, podía cubrir mejor las necesidades de los pacientes y de las familias, así como seguir creciendo con otros planes de futuro que una Fundación puede atender mejor.
La Fundación trabaja con pacientes de TLP, así como con sus familias, y cuenta con un programa conveniado con la Dirección General de Familia y Menor, mediante el que trabaja en la prevención de este trastorno hasta los 18 años, de forma que los servicios sociales les derivan todos los casos de menores con indicios del trastorno.
Al respecto, Ramos consideró que "hay una serie de indicadores en los menores que hacen pensar ya que no son sólo comportamientos en la adolescencia, sino que va más allá y se puede empezar a trabajar en la prevención", aunque puntualizó que "la personalidad está todavía en formación en la adolescencia y el trastorno no se debe diagnosticar hasta la mayoría de edad".
Para determinar que alguien padece este trastorno, la psicóloga indicó que los profesionales evalúan seis módulos, que contemplan la mala adaptación, tanto social como escolar, así como los comportamientos antinormativos, que haya un déficit en la regulación de los afectos, que haya una elevada impulsividad, que aparezcan tentativas de suicidio repetidas y que haya depresión.
Asimismo, Ramos dijo que este trastorno "también está muy asociado a la hiperactividad, porque hay un 30 por ciento de los menores diagnosticados de hiperactividad que, de mayores, desarollan un TLP", por lo que estimó "muy importante" trabajar en la prevención de este colectivos.
Para tratar a los pacientes, la Fundación cuenta con un programa de 50 sesiones semanales, cuya duración es anual, y que tiene un formato "bastante práctico, consistente en llevar deberes y trabajos para casa". Para que un paciente esté curado "debe normalizar lo máximo posible cualquier aspecto de su vida, sus relaciones con amigos, familia, trabajo y estudios".